Corre el año del 2020, es un año difícil en muchos sentidos y más para las personas que han perdido a un ser querido. Duelos, muchos duelos, este proceso largo y doloroso que nos ayuda a acomodar la pérdida. Un duelo puede ser mucho más fácil cuando nos centramos en los momentos llenos de sentido que nuestro ser querido vivió, independientemente de las circunstancias y pruebas que le haya puesto la vida. En honor a todos los que nos han dejado y con la esperanza de que quienes se quedan en esta tierra extrañándolos, comparto una idea:

Si mañana no despierto quiero que sepas que viví con plenitud, decidiendo y equivocándome de forma que aprendí quién soy. Aprendí a valorar la vida y lo que la hace bella, el estar contigo y conocerte, el amarte y sentirme amada. Este intercambio de cariño me alimentó por mucho tiempo, al grado que hoy puedo decir que viví una vida llena.

Si mañana no despierto quiero que sepas que, si fuiste parte de mi vida, dejaste una huella en mí y aportaste para la huella que yo pude haber dejado en otros. Fui parte de tu círculo y tú del mío y eso me enriqueció, me hizo crecer y despertar. Tu interacción conmigo, por pequeña que haya sido, me ayudo a construirme.

Si mañana no despierto quiero que sepas que me hubiera gustado seguirte acompañando, pero que, si hoy no me toca estar aquí, te toca re inventarte sin mi presencia, sin mis risas ni mis quejas. Seguramente nos extrañaremos uno al otro, pero nos llevaremos en la memoria y en el corazón, y nos estaremos acompañando desde otra dimensión.

Si mañana no despierto quiero que vivas tu vida con alegría, tomando lo mucho o poco que te pude haber enseñado para guiar a otros en tus vidas. Si son tus hijos, háblales de su abuela; si son personas nuevas que entran en tu vida, háblales de tu otra esposa; si fuiste mi amiga, solo honra mi memoria recordando los momentos en que reímos o lloramos juntos.

Si mañana no despierto, seguramente estaré investigando nuevos mundos y, espero, nos volvamos a encontrar para reír de la mano nuevamente.